sábado, 12 de noviembre de 2016

Original versión de El avaro de Molière en La Casa Encendida

Dentro de la programación cultural para disfrutar En familia que ofrece La Casa Encendida este mes de noviembre, llama la atención una singular pieza escénica de títeres y objetos que firma la compañía Pelmànec y propone Acción Educativa: una versión del clásico francés El avaro, en la que el oro no tiene ningún valor, porque los personajes son grifos, tuberías, botellas, cántaros... Aquí la riqueza que anhela Harpagón de manera enfermiza es el agua.
Aviso: podría ocurrir que después de ver el espectáculo os lavarais la cara con otros ojos…

Una imagen de El avaro, de Marta Vidanes

Una mirada contemporánea desde el ecologismo

Las comedias de Molière eran una crítica de la sociedad de su tiempo. Esta adaptación de El avaro actualiza la crítica y recorta algunos personajes y tramas secundarias para centrarse en el eje principal: la avaricia, rasgo que define al protagonista, Harpagón.

La compañía Pelmànec presenta una revisión alocada, pujante y ácida que nos remite a una realidad cada vez más preocupante: la falta de recursos naturales de nuestro planeta. A pesar de la gravedad de los avisos por parte de grupos ecologistas y de asociaciones de científicos, tal vez en este siglo XXI el agua sea un bien tan escaso, que habrá Harpagones dispuestos a acumularla.

La ventaja de la manipulación de objetos es que se pueden mostrar los sentimientos más crueles sin perder un carácter de inocencia, a través de la técnica y la caracterización de los personajes. Un doble lenguaje que da lugar a numerosos chistes y juegos de palabras, permite múltiples niveles de lectura, y ha convertido a este montaje en un clásico imprescindible dentro del mundo del teatro de títeres y objetos.
La comedia está servida, ¡buena zambullida!

Una imagen de El avaro, de Marta Vidanes

Historia del espectáculo

En el año 2000, a partir de una idea original de Jordi Bertran, Miquel Gallardo, Olivier Benoit, Eva Hibernia y el mismo Jordi Bertran crearon El avaro, una hilarante versión de la obra de Molière en la que se sustituía el oro como la riqueza que el protagonista ansiaba y acumulaba, por el agua. Por ello, todos los personajes son objetos relacionados con el valioso líquido: grifos, tubos de PVC, botellas, etc., situando la ficción en un plano alegórico.

El espectáculo ha recorrido desde entonces más de 25 países (primero de la mano de la compañía Jordi Bertran y, a partir de 2002, de Tàbola Rassa) y ha ganado multitud de premios. Dieciséis años después después de su estreno, la obra se ha renovado y vuelve de la mano de la compañía Pelmànec, con dirección de Miquel Gallardo y en colaboración con Tàbola Rassa.

Una imagen de El avaro, de Marta Vidanes

Acción Educativa

Estas funciones de El avaro se enmarcan en las 31 Semanas Internacionales de Teatro para niños y niñas que organiza la asociación Acción Educativa, un festival que pretende alentar nuevas miradas y puntos de vista acercando al público obras de teatro a las que no se tiene acceso fácilmente. Durante el mes de noviembre se programan 29 representaciones de ocho compañías nacionales e internacionales que traen a Madrid espectáculos familiares de calidad.

Englobado dentro de este festival, se celebra estos días en La Casa Encendida el IV Encuentro de Teatro y Escuela 'Jugar con las cosas', un espacio de intercambio de experiencias y conocimiento entre profesionales de la educación y de las artes escénicas para reflexionar sobre por qué la dramatización no está presente dentro de las aulas.

"El avaro" de la compañía Pelmànec

Lugar: Auditorio de La Casa Encendida
          (c/ Ronda de Valencia, 2, Madrid)
Funciones: Sábado 12 y domingo 13 de noviembre a las 12:00 h.
Programa: Acción Educativa (Semanas Internacionales de Teatro para Niñas y Niños)
Edad recomendada: A partir de 7 años.
Precio: 3 €

viernes, 11 de noviembre de 2016

La Rous borda en Madrid dos bellas funciones inspiradas en sus progenitores

La Rous acaba de llenar varios escenarios madrileños y a su paso ha dejado un rastro de nostalgia, poesía, sensibilidad y ternura. Hacía tiempo que no nos emocionábamos tanto en un teatro. Dos espectáculos multipremiados, La casa del abuelo, e Hilos, inspirados respectivamente en el padre y la madre de esta artista albaceteña que ha desarrollado su trabajo fundamentalmente en Andalucía, elevan a la categoría de maravilla el nivel del teatro para público infantil que se viene haciendo en nuestro país. El Premio Nacional de Artes Escénicas y seis premios FETEN avalan su trayectoria. Por su creatividad, rigor y compromiso, es una compañía 'garantía de excelencia', a la que hay que seguir la pista allá donde actúe y cualquiera que sea su propuesta escénica.

Imagen de Hilos, de La Rous

Hilos


Madejas, bovinas, carretes, agujas de tejer, guitas de diferente grosor, una rueca gigante... Rosa Díaz, alma mater de La Rous, lleva al extremo en Hilos el símbolo que da título a la función. Enmarcada dentro de las '31 Semanas Internacionales de Teatro para niños y niñas' que organiza Acción Educativa, este espectáculo insuflado por la madre de la creadora, ha deleitado y enternecido a mayores y pequeños en el Centro Cultural Paco Rabal los pasados 4 y 5 de noviembre. El montaje luce aún el brillo de haber recibido este año el Premio FETEN a la mejor interpretación y dramaturgia (en colaboración con Itziar Pascual).

"Venimos al mundo unidos por el cordón umbilical que nos entrelaza de una manera única a nuestra madre, pero, ¿qué pasa luego con ese hilo? El cordón se corta al nacer, pero el vínculo que se crea entre ambas partes, como un hilo invisible, permanece vivo".

Rosa Díaz se vale del recuerdo de su madre, Adolfina, mujer de increíble fortaleza (a la que diagnosticaron que no podría tener hijos, ¡y sin embargo parió 14!), para hablar sobre los vínculos familiares y emocionales que vamos entretejiendo a lo largo de nuestra vida. Un guión entrañable, una ristra de bellísimas y poéticas escenas en las que exhibe numerosas técnicas (teatro de objetos, sombras, clown, danza, malabares, e incluso auténticos números de magia), junto a un excepcional dominio del espacio escénico, convierten la propia historia familiar en una encantadora fábula.

Imagen de Hilos, de La Rous

Qué cómico resulta el momento en que la actriz interpreta a la madre como una payasa desbordada que va tirando de distintos hilos y encontrando/dando a luz así a sus 14 hijos, -cada uno representado por una madeja de lana de distinto color-, que lloran, maman, se despiertan, se le caen... ¡Cómo dar abasto con esta familia numerosa!

Lo que parece difícil y aparatoso en escena, por el uso de múltiples detalles y artilugios de utilería, La Rous hace que a la vista parezca sencillo y natural: una montaña de cáscaras de pipas, un árbol de Navidad apenas sugerido con una cuerda y siete puntas, un tendedero de pañales interminable, un gran carrete de hilo que se torna carrito de bebé, un misterioso telar-cortinilla que muestra y esconde...

Geniales son también la escena onírica del encuentro entre sus padres, que culmina en boda, o la de la máquina de escribir -ese repiqueteo agitado de unos dedales rojos sobre una caja de madera-, en la que la protagonista cuenta cómo fue su primer trabajo (o su primer viaje lejos de su madre...), para acabar volviendo a sus brazos.

Imagen de Hilos, de La Rous

"Mi madre pasó su vida en una cuerda floja haciendo equilibrios entre lo que quería, lo que hacía, lo que podía, lo que soñaba..."

El magnífico uso de proyecciones con imágenes del recuerdo familiar, y un cuidadísimo espacio sonoro compuesto principalmente por temas clásicos de la canción francesa e italiana -que debieron ser los temas favoritos de esa súper madre a la que se homenajea-, redondean un espectáculo de una factura impecable.

La casa del abuelo


Sobre la huella indeleble que deja en nosotros la familia trata también La casa del abuelo. Este delicioso retablo intimista que logró nada menos que el Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud 2011, pudo admirarse en la polifacética sala Cuarta Pared a finales de octubre. Cuenta la especial relación de una niña con su abuelo (personaje inspirado en el padre de la autora), y cómo, cuando un día éste se apaga y se marcha para siempre, nieta y abuela le mantienen presente y vivo a través de los objetos que le pertenecieron.
La Rous propone contar a los niños la muerte con naturalidad: el abuelo no está (no se ha ido al cielo, ni se ha convertido en ángel de la guarda...), y la vida sigue. Nosotros hacemos presentes a los que se van a través de su recuerdo.

Llena la escena teñida de rojo un sorprendente trasto: un escritorio de madera, practicable, absolutamente mágico, que, abriendo y cerrando cajones se va transformando en las distintas estancias de la casa de los abuelos, plagadas de detalles.

Imagen de La casa del abuelo, de La Rous

Es una función para verla muy cerquita, que se afana en mostrar la teatralidad de las pequeñas cosas. Los protagonistas son muñecos rudimentarios confeccionados con materiales y objetos cotidianos (palos de helado, cartón, trapos, sellos, gomas de borrar...). Por ejemplo, la abuela tiene cuerpo de bastidor y cabeza de cesta de mimbre; sus particulares andares hacen que las carcajadas salten.
Los dedos de la titiritera son las inquietas piernas de la niña, y a la vez asisten en sus manías a ese abuelo que a todos nos recuerda al nuestro, realizando diariamente sus rituales (afeitarse, recolocarse la boina, abrir el periódico...), musitando sus cancioncillas: "al paso, al paso, al trote, al trote, al galope, galope, galope...". La acción está arropada por el sonido dulce de una caja de música, y cada personaje tiene además su propio leit motiv.

Imagen de La casa del abuelo, de La Rous

Preciosa aparece la escena de la verbena, delicadamente diseñada con luz intraescénica, que nos descubre cómo se conocieron los abuelos, bailando, a la luz de la luna.
El público menudo ríe jovial al reconocerse en la curiosidad juguetona de la niña, mientras el adulto se conmueve recuperando las memorias perdidas de su infancia. Rosa Díaz tiene el don de lograr que cada cual conecte con algo, con un instante...

La propuesta nos trae irremediablemente el recuerdo de otros 'espectáculos con escritorio', como la prodigiosa fantasía visual El oratorio de Aurelia, de Aurélie Thierrée, nieta Chaplin, o Ildebrando Biribó, memorable creación de Alberto Castrillo-Ferrer sobre el apuntador de la primera representación mundial de Cyrano de Bergerac.

Escritorio abierto de La casa del abuelo, de La Rous

La Rous es una compañía creada en 2008 por Rosa Díaz, actriz, directora, y autora de teatro desde 1984. La casa del abuelo fue su primer espectáculo como compañía independiente, con guión y dirección propias, con el que obtuvo el Premio al mejor espectáculo en la Feria Internacional de Teatro para Niños y Jóvenes FETEN 2009. Ocho años después, este escritorio encantado sigue girando por los escenarios de toda España...

Próximas funciones

HILOS

Madrid: Teatro Fernán Gómez-Centro Cultural de la Villa
28 y 29 de diciembre 2019
A las 17 y a las 19 h.
Edad recomendada: A partir de 7 años.

LA CASA DEL ABUELO

Edad recomendada: A partir de 5 años.



viernes, 4 de noviembre de 2016

Ciclo de lecturas dramatizadas de teatro infantil en Matadero

Desde hoy viernes y hasta el próximo domingo 6 de noviembre, tendrá lugar en Matadero Madrid un Ciclo de lecturas dramatizadas de teatro infantil organizado por ASSITEJ, en paralelo y en colaboración con el XVII Salón Internacional del Libro Teatral que promueve la Asociación de Autores de Teatro.

Porque el teatro también se lee, y con el objetivo de promover el desarrollo del teatro para la infancia y la juventud, la muestra nos descubrirá La noche de Samaín, de Fusa Guillén (viernes 4), La ramita de hierbabuena, de Eduardo Zamanillo (sábado 5), y Zapatos de arena, de Suzanne Lebeau (domingo 6). Los tres textos escogidos para las lecturas han sido editados por ASSITEJ España.
Las dramatizaciones se realizarán a las 12:00 h. en el auditorio de La Casa del Lector (Paseo de la Chopera, 14. Madrid), y la entrada es libre hasta completar aforo.

Cartel del IV Ciclo ASSITEJ de Lecturas dramatizadas  de teatro infantil

El valor de una lectura dramatizada

Las lecturas dramatizadas son una oportunidad excelente para difundir textos teatrales interesantes, como paso previo a una representación. Hoy en día los directores y compañías se esfuerzan por ofrecer propuestas en las que utilizan recursos escénicos muy imaginativos (elementos simbólicos de vestuario y atrezzo, música, proyecciones para crear ciertas atmósferas...), más allá de la idea simplificada que se suele tener de los actores de pie ante un atril, sobre un escenario desnudo.

Las lecturas de las obras se convierten en una experiencia única y de calidad para público familiar, fomentando la lectura en los más pequeños y dando a conocer la importante labor editorial y de defensa del teatro infantil que instituciones como ASSITEJ España, comprometidas con el teatro para los más jóvenes, llevan a cabo.

Imagen de la lectura de la obra Medium

PROGRAMA​ DEL IV CICLO ASSITEJ DE LECTURAS DRAMATIZADAS
-Muestra de Teatro para la infancia y la juventud-

Viernes 4 de noviembre

La noche de Samaín, de Fusa Guillén
Instituto Universitario de la danza Alicia Alonso
Dirección: Rey Montesinos

Sobre la obra: La noche de Samaín es una intriga ambientada en Galicia, espacio de resonancias míticas y mágicas, idóneo para una trama de miedo, que atraerá al lector adolescente. Juanjo, su hermana Sole y su amigo Telmo viven una magnífica aventura, atrapados casualmente por el fantasma de Rosalía, a quien deben ayudar.

Sobre la autora: Fusa Guillén estudió Magisterio y Arte Dramático, y ha trabajado como maestra, profesora de técnicas actorales, actriz y directora de teatro. Desde 1988 escribe y publica teatro para público infantil y adulto, tanto en castellano como en gallego.

Sobre la compañía: El Instituto Alicia Alonso, de la Universidad Rey Juan Carlos, imparte los Grados Universitarios en Artes Visuales, los Grados Superiores en Danza, el Máster en Artes Escénicas, y el Máster en Gestión y Liderazgo de proyectos culturales.

Recomendado para mayores de 10 años.

Imagen de la lectura de la obra Misterios

Sábado 5 de noviembre

La ramita de hierbabuena, de Eduardo Zamanillo
Teloncillo Teatro
Dirección: Ángel Sánchez

Sobre la obra: Nunca se podría imaginar Asterio las peripecias que tendrá que pasar para conseguir la ramita de hierbabuena que su madre necesita para hacer un guiso. Deberá resolver enigmas, superar pruebas, andar por caminos y lugares desconocidos. Personajes con muy mala sombra no se lo pondrán fácil, otros no le dejarán seguir, y los que le quieren ayudar no podrán hacerlo, pues "nadie debe ayudarle, nadie puede ayudarle, nadie le ayudará". Pero en el camino de regreso a casa hallará la solución.

Sobre el autor: Eduardo Zamanillo, vinculado a la compañía PTV Clowns, piensa que la mejor biografía de un autor la constituye el conjunto de sus obras. Ha escrito mas de una veintena, estrenadas por distintas compañías y grupos de teatro, y ha recibido varios premios.

Sobre la compañía: El nacimiento de Teloncillo como compañía de teatro data de 1975. Desde 1996, cuenta específicamente con espectáculos para niños y público familiar en su repertorio, todos ellos dirigidos a distintas edades y ciclos. En sus creaciones abordan diversos temas, utilizan diferentes técnicas teatrales y suelen incorporar música y canciones en directo.

Recomendado para mayores de 7 años.

Imagen de la lectura de la obra Medium

Domingo 6 de noviembre 

Zapatos de arena, de Suzanne Lebeau
El perro azul
Dirección: Fernando Moreno y Gemma Viguera

Sobre la obra: Elisa y Leo viven en un espacio cerrado, prisioneros del miedo a lo desconocido y de un tiempo rígido, calculado por un reloj de arena. Una mañana, a causa de un sueño exquisito, del deseo de hacer algo bien, del nerviosismo de unos zapatos amarrados durante demasiado tiempo, el tiempo se descompone, la puerta se abre… El cielo y la tierra se dan la vuelta… Las naranjas de cada día tienen un sabor diferente. Se plantea la gran pregunta de la fuga hacia el mundo…

Sobre la autora: Suzanne Lebeau, es autora y actriz, fundadora de la compañía Le Carrousel. Desde Quebec ha dejado la impronta de sus textos en el público de jóvenes edades de todo el mundo en los últimos treinta años. Es una mujer que ha alentado desde la teoría, la pedagogía y la praxis, la vindicación de un teatro para niños y jóvenes responsable, exigente consigo mismo, de alto vuelo poético y dignidad social; un teatro que no renuncia a la crítica de este mundo en el que convivimos pequeños y grandes. Un mundo que, en sus propias palabras, es "cruel, tierno complejo y contradictorio".

Sobre la compañía: El perro azul Teatro se ha consolidado  como una compañía profesional que indaga en distintos lenguajes teatrales capaces de emocionar a un público de cualquier edad. Desarrolla su trabajo desde una mirada artística y personal arriesgada, priorizando el código gestual, donde el cuerpo del actor cuenta, mientras sus palabras pueden volar. La compañía riojana busca que el espectador participe de un encuentro evocador sobre el escenario, un encuentro con nuestras búsquedas, nuestras preguntas y sueños.

Recomendado para mayores de 7 años.